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"★★ Nuevo Celilac es un Municipio del Departamento de Santa Bárbara En el primer recuento de población del municipio de Nuevo Celilac en 1791 era un pueblo del curato de Tencoa y se llamaba Celilaca después le pusieron San Pedro Celilac, pero este pueblo fue víctima de una epidemia y los pocos sobrevivientes se constituyeron en un lugar llamado Tuliapa, la que es hoy Nuevo Celilac. ★★ "
En el primer recuento de población de 1791 era un pueblo del curato de Tencoa y se llamaba Celilaca después le pusieron San Pedro Celilac, pero este pueblo fue víctima de una epidemia y los pocos sobrevivientes se constituyeron en un lugar llamado Tuliapa, la que es hoy Nuevo Celilac.
Le dieron categoría de municipio el 29 de diciembre de 1888, el 20 de febrero de 1889, se nombró la primera municipalidad.
ORIGEN DE SU NOMBRE: En mejicano significa "En el agua de los caracolillos".
SITUACIÓN: Está situado al Norte del Río Jicatuyo.
LIMITES: A1 Norte, municipio de San Luis y Colinas; al Sur, municipio de San Nicolás; al Este municipio Colinas y Santa Bárbara y al Oeste, municipio de Atima.
⮩ EXTENSIÓN TERRITORIAL: 168.2 Km². ⮱
FERIA PATRONAL: El 29 y 30 de junio en honor a San Pedro y San Pablo.
ALDEAS: 6
CASERÍOS: 58
POBLACIÓN: 6.500
SANTA BARBARÁ El Festival Folklórico Nacional de la Tusa se llevará a cabo el 3 y 4 de septiembre en el municipio de Nuevo Celilac, departamento de Santa Bárbara.
Así lo confirmo a TIEMPO el profesor Livin Antonio Castillo, coordinador Regional de Festivales Folklóricos, quien subrayó que el objetivo es “fomentar los valores culturales y artísticos de la danza y la artesanía de este lugar”.
Agregó que participan 20 institutos de Santa Bárbara, 15 escuelas primarias y a nivel nacional están invitados 10 centros colegios de San Pedro Sula, La Lima y Copán. En virtud de la labor desarrollada por el profesor Livin Antonio Castillo, el Comité Organizador que preside Alba Caballero decidió bautizar el Décimo Festival de la Tusa con su nombre, como un reconocimiento a su esfuerzo por dar a conocer el folklore de esa región.
“Es un evento nacional representativo de las artesanías típicas de Nuevo Celilac, donde se elaboran muñecos y flores con tusa y palmas”, informó Castillo.
Agregó que durante los dos días que dura el evento folklórico se elegirá la India Bonita y la Madrina del Festival.
La celebración incluye “concurso de danzas a nivel primaria y secundario, exposición de artesanías, encuentro de grupos musicales autóctonos, venta de comidas y bebidas tradicionales, competencia de champas típicas y la imposición de la banda a la Madrina del festival”, dijo Castillo. Será inaugurado a las ocho de la mañana con un desfile y carrera de cintas con la participación de los mejores caballos y jinetes de Santa Bárbara.
El profesor Castillo, quien fue designado por el Departamento de Folklore Nacional de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes para que coordine el espectáculo, indicó que “Los Caramberos” de Nuevo Celilac se presentarán en el festival. El grupo está integrado por siete artistas que interpretan música folklórica con instrumentos autóctonos.
Son comidas típicas de la región el chilate, el ticuco, atol de elote, tamales de pollo y cerdo, yuca con chicharrón, las torrejas y la horchata.
Quién pensaría que los festejos tradicionales, como la Semana Santa, serían motivo de discordia y división de un pueblo que casi tiene sólo un apellido y dos santos patronos. Se trata de Nuevo Celilac, uno de los más pobres, católicos y tradicionalistas del departamento de Santa Bárbara, quienes desde hace 15 años mantienen una división entre las autoridades eclesiásticas y el grupo cultural Los Judíos, al grado que su templo permaneció cerrado durante 14 años.
El 1 de junio de 1990, un grupo de pobladores ingresó a la iglesia. “Ese amotinamiento fue por parte de una gente fuera del control de la iglesia Católica y que tienen otras costumbres dentro de la feligresía, quienes en esa noche nos insultaron y se burlaron del padre español Carlos San Milán, de Mario Guillén, el delegado de la palabra y de mí”, recuerda Adán Interiano, presidente de la parroquia de San Pedro y San Pablo.
La turba los obligó a salir por un callejón para evitar ser lastimados. El padre San Milán ordenó el cierre del templo y en el libro de la parroquia redactó que debido a las humillaciones e irrespeto que fueron objeto, suspendía las visitas sacerdotales y la celebración de los sacramentos religiosos, hasta que nuevamente existiera una reflexión de la comunidad.
“Ellos estaban en contra de nosotros porque en las celebraciones de la procesión del silencio, del prendimiento del cuerpo de Jesús y la del Santo Entierro le prohibíamos que ingresaran a la iglesia porque interrumpían las misas con sus algarabías, aparte de que ingresaban enmascarados”, dice.
Me da pesar que haya cerrado su templo por tantos años, sólo por no ponernos de acuerdo”, dice María Inés Interiano, catequista. El cierre generó que en Nuevo Celilac “ya no existan los compadres porque los bautismos dejaron de celebrarse”. Interiano dice que varios sacerdotes y obispos están en contra de las celebraciones de los judíos porque abusan con sus comedias e interrumpen las procesiones.
A ciertos pobladores les atraían las actuaciones del grupo de los judíos, pero el padre ordenó que nos formalizáramos. La orden de él no fue obedecida y el pueblo continuó de lado de la celebración. Eso también contribuyó con el cierre de la iglesia, recuerda.
Jorge Adalberto Interiano es el presidente del grupo cultural Los Judíos, quien junto a más de 60 integrantes hacen reír al pueblo y a los turistas en cada celebración de la Semana Mayor con sus actuaciones, pero especialmente con sus críticas con el famoso testamento de Judas.
“Con nuestras horrendas máscaras y viejas vestimentas servimos para animar y alegrar al pueblo y quienes nos visitan porque formamos parte de una cultura y costumbre, que según nuestros ancestros de la antigua Celilac, la tradición de Los Judíos data desde 1838”, manifestó Interiano. El grupo se reorganizó en 1983 y desde esa fecha colaboran con la iglesia Católica en la recaudación de fondos para el desarrollo de sus actividades. Hasta la fecha, Adalberto es el judío más antiguo de Nuevo Celilac y sus amigos lo consideran el rey de los judíos.
“El malestar de las autoridades religiosas es que no les gusta que los 60 judíos entremos enmascarados a la iglesia porque atraemos la atención de la gente”, explica Jesús Zaldívar, fiscal y guarda equipo del grupo. “Entendemos que a los curas eso no les agrada, pero los pobladores son capaces hasta de lincharnos si no cumplimos con los actos de entrar y salir de la iglesia durante los rituales, ésta es una tradición que debemos conservar”, argumentó Selvin Adán Interiano, secretario de la organización.
“Lo que no me agrada de Los Judíos es que remedan a todo el pueblo, incluso a los celebradores de la palabra de Dios, tampoco me gusta que se vistan de mujer y que en sus presentaciones usen esa música loca del reggaetón, dijo don Ángel Interiano, una anciano de la localidad. “A mí sí me gustan porque son divertidos, hacen buenas presentaciones con sus animaciones, aunque no me agrade que ridiculicen a los celebradores”, indicó la joven Suyapa Interiano. A pesar de los disgustos eclesiásticos, el grupo continúa practicando esa costumbre. Los integrantes del grupo solicitan a los sacerdotes y obispos que se unan y les permitan servir al pueblo sin dejar de perder esta alegre tradición.
Durante los años de la clausura del templo, las celebraciones del Día del Corpus, de la Semana Santa y las misas las oficiaba el celebrador de la palabra Livyn Antonio Castillo. Fue hasta el 29 de agosto del año pasado que la iglesia fue reabierta por el padre español José Luis Vélez, cura párroco del municipio de San Nicolás.
Sin embargo, la división de los pobladores, la Iglesia y el grupo Los judíos aún persiste, al grado tal que desde su apertura, a las celebraciones de la iglesia sólo asisten de 25 a 30 feligreses, mientras que a las de los judíos, los pobladores hasta hacen fila para pagar una cuota y así tener derecho a participar en sus actividades.
Para Livyn Antonio, el error de las autoridades eclesiásticas es que a Nuevo Celilac lo quieren manejar a control remoto y durante 15 años estuvo abandono.
Un nuevo altercado entre ambos grupos ocurrió el pasado 29 de junio, día de los santos patronos, cuando un grupo de pobladores se apostó en el parque, esperando la finalización de la misa para sacar las imágenes de los santos y participar en la tradicional procesión, “pero el cura Vélez nos lo impidió e inmediatamente cerró las puertas del templo, sólo porque la mayoría de los católicos estábamos afuera, y eso nuevamente nos indignó”, informó Castillo.
Pese a esta división religiosa, el municipio de Nuevo Celilac es visto como un nuevo destino turístico de Honduras, gracias al atractivo de la particular celebración de la Semana Santa al estilo del grupo cultural Los Judíos. En cada ocasión el número de visitantes extranjeros y de todo el país es mayor.
- "Celilac" es un vocablo lenca procedente del manual que significa "Lugar de agua de las cañas", aunque a la población le gusta la acepción española de "cielo de leche".
- En lo musical sobresalen por su música autónoma "Los Caramberos de Celilac", el cual ha participado en el festival Cervantino de México.
- Nuevo Celilac fue creado el 18 de diciembre de 1,888 uniendo los territorios de San Pedro Celilac, San Marcos de Jalapa y San Jerónimo del Pinal después de que el cólera morbus atacara en 1860
La tradición del Ocotillo es otra de las festividades más entusiastas de sus pobladores, también organizada por el grupo cultural Los judíos. En la mañana del Jueves Santo casi todo el pueblo sale hacia un cerro donde se encuentra el pino más alto para cortarlo, traerlo y enterrarlo en un hoyo de la esquina del parque donde en esa noche se colgará la figura del Judas de Iscariote por haber traicionado a Jesucristo.
Como prueba testifical, cada uno de los pobladores que subió hasta el cerro para traer el ocote, trae consigo una rama de pino, quienes la riegan por el piso de la iglesia para que el local se encuentre aromatizado hasta las celebraciones de esa noche. Mientras los pobladores suben al cerro, otro grupo se queda en la localidad preparando dulces y otra comisión se encarga de pasar por todas las casas sonando un tambor para recolectar más dulces y confites.
Al mediodía, esos dulces y confites son regalados a los ciudadanos como premio por la traída del ocote.